Los Jesuitas en la encrucijada
Espionaje y represión política en la Universidad Alberto
Hurtado
“Benevolencia sin justicia no salvará el abismo entre el
patrón y el obrero, entre el profesor y el alumno, entre marido y mujer.” (Alberto Hurtado, sacerdote jesuita chileno, canonizado en
2005)
Desde exorcistas hasta guerrilleros revolucionarios llenan la
historia de una de las congregaciones más complejas y contradictorias de la
Iglesia Católica: la Compañía de Jesús. En diversas partes del mundo y en
Chile, los sacerdotes jesuitas (SJ) han sido acusados de maquiavélicos, la mano
tras el trono papal, misioneros izquierdistas, propagandistas inescrupulosos;
defensores del pueblo oprimido que han pagado con su vida su compromiso
político y social; corruptos, intelectuales, hipócritas, cómplices y estrategas
de los poderes establecidos; teólogos brillantes, rebeldes e inteligentes. Como
toda entidad humana, la Compañía de Jesús expresa en su interior la lucha de
clases sociales que marca de modo explícito y radical el devenir, sobre todo,
de las regiones periféricas del capitalismo: América Latina, África, Asia, el
sur de Europa y de incluso amplias zonas de los Estados Unidos de Norteamérica.
Ezzati: La negación de la nueva política del Papa Francisco
Más allá de la Compañía de Jesús, la crisis de credibilidad
que atraviesa hace décadas la Iglesia Católica en el planeta y en el país
andino debido a los numerosos casos de abusos sexuales contra menores de edad y
el conservadurismo y distanciamiento de los problemas reales de las mayorías
sociales, ha dañado de tal forma a una de las instituciones más añosas del
globo, que las parroquias y templos se vacían, se han derrumbado las cifras de
vocaciones sacerdotales y multiplicado las renuncias de clérigos. Ello explica
en gran medida la vuelta de tuerca que comportó por necesidad y sobrevivencia
histórica la elección del jesuita argentino, hoy Papa Francisco. Además de su
política de ‘Tolerancia Cero’ contra la pedofilia y los abusos sexuales de los
miembros de la Iglesia, la auditoría contable de la administración económica
del Vaticano, el acento manifiesto en los derechos humanos, la crítica dura
contra el capitalismo salvaje, consumista y depredador de la biodiversidad, y
el fin del encapsulamiento de la Curia, el Papa Francisco ha reconocido al
Estado Palestino y ha saludado con entusiasmo la beatificación del cardenal
salvadoreño Arnulfo Romero, asesinado por un grupo de ultraderecha auspiciado
por el entonces Estado terrorista de ese país y pieza de ocupación del
imperialismo norteamericano, a causa del compromiso sin ambigüedades de Romero
con los intereses del pueblo salvadoreño y la lucha por su liberación. En la
reciente publicación de la encíclica Laudato si, el Papa señala que “Hoy
‘cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante
los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta'”. Por otra
parte y al mismo tiempo, el jefe del Vaticano continúa planteando su negativa
al aborto legal, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la eutanasia.
En Chile, los intentos de encubrimiento de los casos de
pedofilia en la Iglesia Católica y la subordinación y fortalecimiento del
Estado Mayor de la institución religiosa a los intereses y territorios más
retrógrados de la minoría en el poder a través del cardenal y mandatario de la
entidad, Ricardo Ezzati, niegan abiertamente la nueva política del Papa
Francisco. Hasta ahora, las fuerzas del Opus Dei y de los grupos más
cavernarios y fascistoides del catolicismo en Chile constituyen el principal
obstáculo para la reconstrucción de la autoridad moral que la Iglesia Católica
tuvo, principalmente, durante los años más oscuros de la tiranía pinochetista.
Ezzati en su laberinto
Pero el Papa Francisco, con el objeto de mantener los
equilibrios dentro del laberinto y pugnas intestinas de los grupos de interés
en la Iglesia, y a contrapelo de la comunidad católica de la sureña región de
Osorno, nombró como Obispo de esa ciudad al sacerdote Juan Barros, quien ha
recibido hasta golpizas de los feligreses por su complicidad en los abusos
sexuales cometidos por el cura Fernando Karadima (
https://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Karadima ). De hecho, al saber de su
designación, uno de los principales denunciantes de los crímenes pedófilos de
Karadima, Juan Carlos Cruz, señaló a la BBC que "Juan Barros estaba parado
ahí, mirando, cuando me abusaban a mí. No me lo contaron, me pasó".
En esa misma línea, el ex arzobispo de Santiago, el
archiconservador y derechista acérrimo, Francisco Javier Errázuriz Ossa, fue
nominado por el Papa Francisco como uno de los poderosos miembros del Consejo de
Cardenales, colaboradores directos en el gobierno del Vaticano. La situación
privilegiada de Errázuriz Ossa respalda la designación del antipopular Obispo
de Osorno en Chile y la garantía política requerida por Ezzati para presentar
sus querellas contra los sacerdotes jesuitas del país andino José Aldunate,
Mariano Puga y Felipe Berríos, por su condición de ardientes militantes de la
Iglesia de la opción por los pobres y del Cristo de los condenados/as de la
Tierra.
Sin embargo, algo está ocurriendo. Las luchas al interior de
la nomenclatura católica chilena cobran cada día superior resonancia. El pasado
17 de junio de 2015, sorpresivamente una de las manos derechas de Ezzati, el
director ejecutivo del Clero, Rodrigo Tupper, renunció a su cargo con argumentos
peregrinos. Tupper fue uno de los vicarios que defendió ciegamente a Ezzati de
las críticas de los denunciantes del caso Karadima, quienes acusan al
primerísimo de la institucionalidad católica chilena de haber encubierto los
abusos sexuales de quien fuera párroco de la iglesia El Bosque.
La crisis y el conflicto están en carrera. Y la Compañía de
Jesús en Chile se encuentra en el centro de la tormenta.
Espionaje y represión en la Universidad jesuita Alberto
Hurtado
La privada Universidad jesuita Alberto Hurtado (UAH), como
gran parte de las universidades públicas y privadas del país, se halla
movilizada y en toma por el estudiantado debido a los incumplimientos
comprometidos por la bullada “reforma educacional” del gobierno de Michelle
Bachelet. Varias han sido las marchas y protestas de los jóvenes y de la
población que demandan la palabra empeñada por la mandataria, en el marco de la
mayor crisis del sistema de partidos políticos del último cuarto de siglo
suscitada por el financiamiento empresarial a buena parte de funcionarios del
Ejecutivo y del Legislativo. Todos los días nuevos casos de corrupción ocupan
los llamados de portada de la prensa, pese a la Copa América, los infructuosos
intentos de arreglar “por arriba” una crisis de final insospechado y que
involucra directamente a ambos bloques políticos dominantes, Nueva mayoría y
Alianza por Chile. Cada encuesta a la gente hunde todavía más a la presidenta,
al gobierno y al conjunto de partidos del sistema político establecido.
Fuentes provenientes del interior de la casa de estudios
superiores de la Compañía de Jesús, con resguardo de sus identidades ante las
posibles medidas de castigo de las autoridades de la Universidad jesuita
Alberto Hurtado, manifestaron que “el 17 de junio, los estudiantes se
encontraban en la toma de las dependencias universitarias, al igual que muchas
universidades privadas que no tendrán gratuidad en la enseñanza ni
participación en sus gobiernos universitarios, en medio de una asamblea junto a
los trabajadores contratados y subcontratados de la institución.
Aproximadamente antes del mediodía, trabajadores/as y estudiantes fueron
informados de que se estaba produciendo un incendio en el entretecho de algunas
salas. Al poco tiempo llegaron los bomberos quienes fueron llamados por los
propios estudiantes. En ningún momento los jóvenes obstaculizaron la labor
bomberil. Por el contrario, incluso los estudiantes colaboraron con su labor.
Frente a los hechos, la comunidad en toma resolvió desalojar las dependencias
de la Alberto Hurtado”.
-¿Cuál fue la reacción de las autoridades y dueños de la
UAH?
“Desde los inicios de la ocupación pacífica de la
universidad (votada por todos los estudiantes y ratificada por todas las
carreras), las autoridades organizaron una campaña para criminalizar a los
jóvenes. Y a propósito del incendio, la nomenclatura universitaria
responsabilizó públicamente a los estudiantes, sin prueba alguna de la
acusación, a través del prorrector Jorge Larraín Ibáñez, segundo luego del
rector, el sacerdote jesuita Fernando Montes Matte. Pero fue al revés: los
propios bomberos señalaron la ayuda y facilitación que recibieron de los
jóvenes para realizar su tarea y determinaron que el siniestro fue resultado de
un cortocircuito eléctrico.”
-¿Y el rector Fernando Montes?
“Ha intentado mantener un bajo perfil porque hace poco
protagonizó un escándalo contra los trabajadores de la universidad que le valió
a él y a toda su directiva tener que asistir obligatoriamente a un curso dictado
por un abogado externo a la casa de estudios, para “promover el respeto a los
derechos fundamentales de sus trabajadores”. Así lo estableció una resolución
dictada por la Unidad de Mediación de la Dirección Regional de Trabajo de la
zona Occidente. La orden a la casa de estudios se dio luego de que dos
empleados denunciaron a la institución por prácticas desleales en medio de la
negociación colectiva de enero pasado.”
Las mismas fuentes indicaron que “la comunidad universitaria
está disconforme con la cantidad excesiva de cámaras de vigilancia de última
generación con micrófonos incorporados, dirigidas a los espacios de reunión de
los estudiantes y donde se realizan las asambleas, foros y debates políticos.
Además nos llegaron archivos de fotos (los muestran al periodista que escribe
este artículo), con antecedentes y análisis políticos sobre estudiantes con el
fin de las autoridades de la entidad de luego efectuar montajes y sumarios
contra los jóvenes.”
-¿Qué otro tipo de formas de espionaje y represión usan los
jefes de la UAH contra la comunidad?
“Emplean a guardias para realizar seguimientos a
estudiantes. Tienen actas de control de la entrada y salida de ciertas personas
en particular. Todo lo que se mueve en la universidad es vigilado.”
-¿Desde cuándo existe esta política en la UAH?
“Desde el 2010 con más fuerza, y se intensifica cuando hay
períodos de movilización del estudiantado y la comunidad en general. Por otra
parte, la oficina de la dirección de servicios generales de la UAH (a cargo de
Tomás Fuenzalida Risopatrón, egresado del jesuita colegio San Ignacio de
Santiago) tiene las llaves de la sede de la federación de estudiantes. Son
copias secretas de las chapas del local que usa la organización estudiantil de
turno. Eso explica que con frecuencia allanen la sede y desaparezcan papeles,
computadores, información de los estudiantes, actas de asambleas y
documentación política.”
Las fuentes comunican que “también fueron encontrados
apuntes con una caracterización política e información detallada de la
discusión democrática estudiantil sobre el quehacer educacional por el cual
transita el país. Los apuntes recopilados por funcionarios de los servicios
generales de la UAH están dirigidos al secretario general de la entidad, José
Miguel Burmeister, y a la dirección.”
-¿Y quiénes aparecen en las fotografías sacadas desde las
cámaras de vigilancia que ahora me enseñan?
“Principalmente los estudiantes movilizados por una mejor
educación, más inclusiva, participativa y gratuita. En este material, por
ejemplo, están las órdenes e información enviadas entre la dirección de los
servicios generales (Tomás Fuenzalida), el director jurídico de la universidad,
Augusto Wiegand Cruz, y la cara visible de los servicios generales, Richard
Nelson Apablaza Contreras. Como puedes ver, hay fotos del ex candidato a la
presidencia de la federación de estudiantes que cursa el tercer año de la
carrera de Ciencias Políticas, Felipe Sánchez Torrealba, y del estudiante de la
misma carrera, Esteban Reyes Cambiaso. También se hallaron los formatos para
hacer los análisis políticos, muy parecidos a los usados en la dictadura
militar contra los opositores de entonces: fecha y hora de los hechos,
estudiantes involucrados con sus identificaciones “lo más completa posible”, la
descripción “lo más detallada posible de los hechos” y su “contexto”,
indicación de los “antecedentes y pruebas que se tengan”, etc. El objetivo es
criminalizar a los estudiantes, por supuesto. Es importante indicar que el 2011
y el 2012, las autoridades universitarias aplicaron un sistema casi similar
cuando los estudiantes solidarizaron con el movimiento del pueblo mapuche y sus
representantes que viajaron a Santiago a solicitar ayuda. Durante los últimos
años han sido sometidos a sumario alrededor de una veintena de jóvenes y
expulsados y perseguidos de un modo insólito, aproximadamente diez estudiantes.
A la UAH han ingresado las fuerzas policiales incontables veces, apresando
incluso a estudiantes heridos e inconcientes.”
-¿Cómo interpretan estos métodos de represión y persecución
política?
“Como una práctica habitual de seguimiento ilegal del sector
de los jesuitas que conduce la universidad y que no tiene nada que ver con el
comportamiento de los sacerdotes jesuitas que acompañan la causa de los
oprimidos del país. Al respecto, vale recordar que el año pasado nada más, el
sacerdote Luis García Huidobro decidió abandonar la Compañía de Jesús para
quedarse a vivir en una comunidad mapuche. Está claro que existen jesuitas que
comulgan con los pocos de arriba y otros con los muchos de abajo. Los jesuitas
de la dominación y los jesuitas de la liberación.”
-¿Creen que las autoridades actuales de la UAH tienen algo
que ver con la verdadera revolución y de clara opción por los pobres de la
Iglesia Católica que está llevando adelante el jesuita Papa Francisco?
“No. Si se quiere salvar la Iglesia en Chile, debe volver a
lo que fue su defensa incondicional de los Derechos Humanos, sobre todo durante
la dictadura. Hoy ocurre que irónicamente la oficina donde operan los servicios
generales está en el mismo lugar donde se situaba la Vicaría de la Solidaridad
(https://es.wikipedia.org/wiki/Vicar%C3%ADa_de_la_Solidaridad) que protegió a
tantos/as perseguidos y víctimas de la tiranía de Pinochet.”
En el directorio de la Universidad jesuita Alberto Hurtado
hay ideólogos del capitalismo de vanguardia chileno, ex gerentes y dirigentes
gremiales del empresariado más poderoso y elitista del país andino y personajes
asociados directamente al sistema financiero, al retailer, a las leyes contra
la juventud empobrecida y a agrupaciones de pensamiento de ultraderecha
(http://www.uahurtado.cl/universidad/autoridades-universitarias/) .
En virtud de los últimos acontecimientos sucedidos en la
casa de estudios superiores, que lleva el nombre de un sacerdote jesuita
convertido en santo por su lucha social y a favor de los sin nada, las
autoridades ya están cursando nuevos sumarios contra los estudiantes. ¿Qué dirá
el Santo Padre?
Fuente: Rebelión - Kaos en la Red
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