domingo, 28 de junio de 2015

"ESPIONAJE Y REPRESIÓN EN LA UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO"


Los Jesuitas en la encrucijada
Espionaje y represión política en la Universidad Alberto Hurtado
Andrés Figueroa Cornejo/Rebelión/Kaos en la Red Chile
“Benevolencia sin justicia no salvará el abismo entre el patrón y el obrero, entre el profesor y el alumno, entre marido y mujer.” (Alberto Hurtado, sacerdote jesuita chileno, canonizado en 2005)

Desde exorcistas hasta guerrilleros revolucionarios llenan la historia de una de las congregaciones más complejas y contradictorias de la Iglesia Católica: la Compañía de Jesús. En diversas partes del mundo y en Chile, los sacerdotes jesuitas (SJ) han sido acusados de maquiavélicos, la mano tras el trono papal, misioneros izquierdistas, propagandistas inescrupulosos; defensores del pueblo oprimido que han pagado con su vida su compromiso político y social; corruptos, intelectuales, hipócritas, cómplices y estrategas de los poderes establecidos; teólogos brillantes, rebeldes e inteligentes. Como toda entidad humana, la Compañía de Jesús expresa en su interior la lucha de clases sociales que marca de modo explícito y radical el devenir, sobre todo, de las regiones periféricas del capitalismo: América Latina, África, Asia, el sur de Europa y de incluso amplias zonas de los Estados Unidos de Norteamérica.

Ezzati: La negación de la nueva política del Papa Francisco
Más allá de la Compañía de Jesús, la crisis de credibilidad que atraviesa hace décadas la Iglesia Católica en el planeta y en el país andino debido a los numerosos casos de abusos sexuales contra menores de edad y el conservadurismo y distanciamiento de los problemas reales de las mayorías sociales, ha dañado de tal forma a una de las instituciones más añosas del globo, que las parroquias y templos se vacían, se han derrumbado las cifras de vocaciones sacerdotales y multiplicado las renuncias de clérigos. Ello explica en gran medida la vuelta de tuerca que comportó por necesidad y sobrevivencia histórica la elección del jesuita argentino, hoy Papa Francisco. Además de su política de ‘Tolerancia Cero’ contra la pedofilia y los abusos sexuales de los miembros de la Iglesia, la auditoría contable de la administración económica del Vaticano, el acento manifiesto en los derechos humanos, la crítica dura contra el capitalismo salvaje, consumista y depredador de la biodiversidad, y el fin del encapsulamiento de la Curia, el Papa Francisco ha reconocido al Estado Palestino y ha saludado con entusiasmo la beatificación del cardenal salvadoreño Arnulfo Romero, asesinado por un grupo de ultraderecha auspiciado por el entonces Estado terrorista de ese país y pieza de ocupación del imperialismo norteamericano, a causa del compromiso sin ambigüedades de Romero con los intereses del pueblo salvadoreño y la lucha por su liberación. En la reciente publicación de la encíclica Laudato si, el Papa señala que “Hoy ‘cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta'”. Por otra parte y al mismo tiempo, el jefe del Vaticano continúa planteando su negativa al aborto legal, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la eutanasia.

En Chile, los intentos de encubrimiento de los casos de pedofilia en la Iglesia Católica y la subordinación y fortalecimiento del Estado Mayor de la institución religiosa a los intereses y territorios más retrógrados de la minoría en el poder a través del cardenal y mandatario de la entidad, Ricardo Ezzati, niegan abiertamente la nueva política del Papa Francisco. Hasta ahora, las fuerzas del Opus Dei y de los grupos más cavernarios y fascistoides del catolicismo en Chile constituyen el principal obstáculo para la reconstrucción de la autoridad moral que la Iglesia Católica tuvo, principalmente, durante los años más oscuros de la tiranía pinochetista.

Ezzati en su laberinto
Pero el Papa Francisco, con el objeto de mantener los equilibrios dentro del laberinto y pugnas intestinas de los grupos de interés en la Iglesia, y a contrapelo de la comunidad católica de la sureña región de Osorno, nombró como Obispo de esa ciudad al sacerdote Juan Barros, quien ha recibido hasta golpizas de los feligreses por su complicidad en los abusos sexuales cometidos por el cura Fernando Karadima ( https://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Karadima ). De hecho, al saber de su designación, uno de los principales denunciantes de los crímenes pedófilos de Karadima, Juan Carlos Cruz, señaló a la BBC que "Juan Barros estaba parado ahí, mirando, cuando me abusaban a mí. No me lo contaron, me pasó".

En esa misma línea, el ex arzobispo de Santiago, el archiconservador y derechista acérrimo, Francisco Javier Errázuriz Ossa, fue nominado por el Papa Francisco como uno de los poderosos miembros del Consejo de Cardenales, colaboradores directos en el gobierno del Vaticano. La situación privilegiada de Errázuriz Ossa respalda la designación del antipopular Obispo de Osorno en Chile y la garantía política requerida por Ezzati para presentar sus querellas contra los sacerdotes jesuitas del país andino José Aldunate, Mariano Puga y Felipe Berríos, por su condición de ardientes militantes de la Iglesia de la opción por los pobres y del Cristo de los condenados/as de la Tierra.

Sin embargo, algo está ocurriendo. Las luchas al interior de la nomenclatura católica chilena cobran cada día superior resonancia. El pasado 17 de junio de 2015, sorpresivamente una de las manos derechas de Ezzati, el director ejecutivo del Clero, Rodrigo Tupper, renunció a su cargo con argumentos peregrinos. Tupper fue uno de los vicarios que defendió ciegamente a Ezzati de las críticas de los denunciantes del caso Karadima, quienes acusan al primerísimo de la institucionalidad católica chilena de haber encubierto los abusos sexuales de quien fuera párroco de la iglesia El Bosque.

La crisis y el conflicto están en carrera. Y la Compañía de Jesús en Chile se encuentra en el centro de la tormenta.

Espionaje y represión en la Universidad jesuita Alberto Hurtado
La privada Universidad jesuita Alberto Hurtado (UAH), como gran parte de las universidades públicas y privadas del país, se halla movilizada y en toma por el estudiantado debido a los incumplimientos comprometidos por la bullada “reforma educacional” del gobierno de Michelle Bachelet. Varias han sido las marchas y protestas de los jóvenes y de la población que demandan la palabra empeñada por la mandataria, en el marco de la mayor crisis del sistema de partidos políticos del último cuarto de siglo suscitada por el financiamiento empresarial a buena parte de funcionarios del Ejecutivo y del Legislativo. Todos los días nuevos casos de corrupción ocupan los llamados de portada de la prensa, pese a la Copa América, los infructuosos intentos de arreglar “por arriba” una crisis de final insospechado y que involucra directamente a ambos bloques políticos dominantes, Nueva mayoría y Alianza por Chile. Cada encuesta a la gente hunde todavía más a la presidenta, al gobierno y al conjunto de partidos del sistema político establecido.

Fuentes provenientes del interior de la casa de estudios superiores de la Compañía de Jesús, con resguardo de sus identidades ante las posibles medidas de castigo de las autoridades de la Universidad jesuita Alberto Hurtado, manifestaron que “el 17 de junio, los estudiantes se encontraban en la toma de las dependencias universitarias, al igual que muchas universidades privadas que no tendrán gratuidad en la enseñanza ni participación en sus gobiernos universitarios, en medio de una asamblea junto a los trabajadores contratados y subcontratados de la institución. Aproximadamente antes del mediodía, trabajadores/as y estudiantes fueron informados de que se estaba produciendo un incendio en el entretecho de algunas salas. Al poco tiempo llegaron los bomberos quienes fueron llamados por los propios estudiantes. En ningún momento los jóvenes obstaculizaron la labor bomberil. Por el contrario, incluso los estudiantes colaboraron con su labor. Frente a los hechos, la comunidad en toma resolvió desalojar las dependencias de la Alberto Hurtado”.

-¿Cuál fue la reacción de las autoridades y dueños de la UAH?
“Desde los inicios de la ocupación pacífica de la universidad (votada por todos los estudiantes y ratificada por todas las carreras), las autoridades organizaron una campaña para criminalizar a los jóvenes. Y a propósito del incendio, la nomenclatura universitaria responsabilizó públicamente a los estudiantes, sin prueba alguna de la acusación, a través del prorrector Jorge Larraín Ibáñez, segundo luego del rector, el sacerdote jesuita Fernando Montes Matte. Pero fue al revés: los propios bomberos señalaron la ayuda y facilitación que recibieron de los jóvenes para realizar su tarea y determinaron que el siniestro fue resultado de un cortocircuito eléctrico.”

-¿Y el rector Fernando Montes?
“Ha intentado mantener un bajo perfil porque hace poco protagonizó un escándalo contra los trabajadores de la universidad que le valió a él y a toda su directiva tener que asistir obligatoriamente a un curso dictado por un abogado externo a la casa de estudios, para “promover el respeto a los derechos fundamentales de sus trabajadores”. Así lo estableció una resolución dictada por la Unidad de Mediación de la Dirección Regional de Trabajo de la zona Occidente. La orden a la casa de estudios se dio luego de que dos empleados denunciaron a la institución por prácticas desleales en medio de la negociación colectiva de enero pasado.”

Las mismas fuentes indicaron que “la comunidad universitaria está disconforme con la cantidad excesiva de cámaras de vigilancia de última generación con micrófonos incorporados, dirigidas a los espacios de reunión de los estudiantes y donde se realizan las asambleas, foros y debates políticos. Además nos llegaron archivos de fotos (los muestran al periodista que escribe este artículo), con antecedentes y análisis políticos sobre estudiantes con el fin de las autoridades de la entidad de luego efectuar montajes y sumarios contra los jóvenes.”

-¿Qué otro tipo de formas de espionaje y represión usan los jefes de la UAH contra la comunidad?
“Emplean a guardias para realizar seguimientos a estudiantes. Tienen actas de control de la entrada y salida de ciertas personas en particular. Todo lo que se mueve en la universidad es vigilado.”

-¿Desde cuándo existe esta política en la UAH?
“Desde el 2010 con más fuerza, y se intensifica cuando hay períodos de movilización del estudiantado y la comunidad en general. Por otra parte, la oficina de la dirección de servicios generales de la UAH (a cargo de Tomás Fuenzalida Risopatrón, egresado del jesuita colegio San Ignacio de Santiago) tiene las llaves de la sede de la federación de estudiantes. Son copias secretas de las chapas del local que usa la organización estudiantil de turno. Eso explica que con frecuencia allanen la sede y desaparezcan papeles, computadores, información de los estudiantes, actas de asambleas y documentación política.”

Las fuentes comunican que “también fueron encontrados apuntes con una caracterización política e información detallada de la discusión democrática estudiantil sobre el quehacer educacional por el cual transita el país. Los apuntes recopilados por funcionarios de los servicios generales de la UAH están dirigidos al secretario general de la entidad, José Miguel Burmeister, y a la dirección.”

-¿Y quiénes aparecen en las fotografías sacadas desde las cámaras de vigilancia que ahora me enseñan?
“Principalmente los estudiantes movilizados por una mejor educación, más inclusiva, participativa y gratuita. En este material, por ejemplo, están las órdenes e información enviadas entre la dirección de los servicios generales (Tomás Fuenzalida), el director jurídico de la universidad, Augusto Wiegand Cruz, y la cara visible de los servicios generales, Richard Nelson Apablaza Contreras. Como puedes ver, hay fotos del ex candidato a la presidencia de la federación de estudiantes que cursa el tercer año de la carrera de Ciencias Políticas, Felipe Sánchez Torrealba, y del estudiante de la misma carrera, Esteban Reyes Cambiaso. También se hallaron los formatos para hacer los análisis políticos, muy parecidos a los usados en la dictadura militar contra los opositores de entonces: fecha y hora de los hechos, estudiantes involucrados con sus identificaciones “lo más completa posible”, la descripción “lo más detallada posible de los hechos” y su “contexto”, indicación de los “antecedentes y pruebas que se tengan”, etc. El objetivo es criminalizar a los estudiantes, por supuesto. Es importante indicar que el 2011 y el 2012, las autoridades universitarias aplicaron un sistema casi similar cuando los estudiantes solidarizaron con el movimiento del pueblo mapuche y sus representantes que viajaron a Santiago a solicitar ayuda. Durante los últimos años han sido sometidos a sumario alrededor de una veintena de jóvenes y expulsados y perseguidos de un modo insólito, aproximadamente diez estudiantes. A la UAH han ingresado las fuerzas policiales incontables veces, apresando incluso a estudiantes heridos e inconcientes.”

-¿Cómo interpretan estos métodos de represión y persecución política?
“Como una práctica habitual de seguimiento ilegal del sector de los jesuitas que conduce la universidad y que no tiene nada que ver con el comportamiento de los sacerdotes jesuitas que acompañan la causa de los oprimidos del país. Al respecto, vale recordar que el año pasado nada más, el sacerdote Luis García Huidobro decidió abandonar la Compañía de Jesús para quedarse a vivir en una comunidad mapuche. Está claro que existen jesuitas que comulgan con los pocos de arriba y otros con los muchos de abajo. Los jesuitas de la dominación y los jesuitas de la liberación.”

-¿Creen que las autoridades actuales de la UAH tienen algo que ver con la verdadera revolución y de clara opción por los pobres de la Iglesia Católica que está llevando adelante el jesuita Papa Francisco?
“No. Si se quiere salvar la Iglesia en Chile, debe volver a lo que fue su defensa incondicional de los Derechos Humanos, sobre todo durante la dictadura. Hoy ocurre que irónicamente la oficina donde operan los servicios generales está en el mismo lugar donde se situaba la Vicaría de la Solidaridad (https://es.wikipedia.org/wiki/Vicar%C3%ADa_de_la_Solidaridad) que protegió a tantos/as perseguidos y víctimas de la tiranía de Pinochet.”

En el directorio de la Universidad jesuita Alberto Hurtado hay ideólogos del capitalismo de vanguardia chileno, ex gerentes y dirigentes gremiales del empresariado más poderoso y elitista del país andino y personajes asociados directamente al sistema financiero, al retailer, a las leyes contra la juventud empobrecida y a agrupaciones de pensamiento de ultraderecha (http://www.uahurtado.cl/universidad/autoridades-universitarias/) .

En virtud de los últimos acontecimientos sucedidos en la casa de estudios superiores, que lleva el nombre de un sacerdote jesuita convertido en santo por su lucha social y a favor de los sin nada, las autoridades ya están cursando nuevos sumarios contra los estudiantes. ¿Qué dirá el Santo Padre?

Fuente: Rebelión - Kaos en la Red

viernes, 27 de junio de 2014

SILVIO RODRÍGUEZ: "UNO NO ES FAMOSO, NI EXITOSO, NI NINGÚN OSO"

Silvio Rodríguez: Uno no es ni famoso, ni exitoso, ni ningún oso
X Leandro Estupiñán Zaldívar/ALAI, América Latina en Movimiento
“¿Tú no eres Juan Triana?”, pregunta Silvio Rodríguez con unos papeles en las manos cuando tomamos asiento. Su interrogante me deja pensando, porque Juan Triana es el nombre de quien fuera mi profesor de Problemas de la Economía Cubana, un eminente y popular economista desde que sus conferencias dieran la vuelta a Cuba como aquellas carreras de bicicletas, aunque gracias a la solidaridad de los cubanos que nos hace ir pasando de memoria flash en memoria flash una información cuando parece relevante.
Me quedo pensando porque las entrevistas son como las sesiones en el espiritismo. Uno invoca algo, que evidentemente debe ser el lado más sincero del entrevistado, y según estado anímico y circunstancia así serán las respuestas.
Lo había esperado con un libro de Ricardo Piglia en las manos, tumbado en un asiento en el fondo del lobby del hotel Pernik donde se hospedaba junto a su esposa, la clarinetista y flautista Niurka González. Silvio Rodríguez viajó hasta el oriente del país para cantar en tres pueblos distantes de la cabecera provincial, siguiendo así el propósito de ofrecerle su música al público más desfavorecido, ese que habita zonas marginales, lo cual no implica solo la conceptualización sociológica del término. En el hotel también descansan los músicos de Trovarroco, tres excelentes guitarristas villaclareños que junto al percusionista Oliver Valdés confieren en los últimos tiempos otra sonoridad a su obra.
Al verlo, me pongo de pie y lo saludo. Responde amable estirando el brazo y lo primero que se impacta contra mi visión es el famoso tatuaje de la rosa y la calavera que se hiciera entre el pulgar y el índice de la mano derecha en los que fueran días trascendentales a bordo del Playa Girón. El trovador, nacido el 29 de noviembre de 1946, en San Antonio de los Baños, viste jeans y pulóver azul turquí con bandera cubana sobre el lado izquierdo del pecho. Suele llevar ese tipo de prenda, quizá para dejar claras muchas ideas que con solo ver una bandera cubana vienen a la mente. Ando sin fotógrafo, pues no quiero interrupciones en el diálogo.
Le advierto que carezco de cuestionario. Aborrezco las entrevistas preconcebidas. Me parecen interrogatorios policiales. Mi estilo es el de la gente común, prefiero conversar pese a los inconvenientes de la memoria.
-Mejor, asiente él.
También debo ser sincero y le ofrezco otro dato.
-Ni siquiera debía entrevistarlo, le digo algo inquieto, pues al fin y al cabo es una confesión: De la gente a la cual uno ha admirado su obra más vale permanecer lejos, pues ocurre un poco como el poema: No debe volverse a los lugares adonde se ha sido feliz.
Las canciones de Silvio Rodríguez me ha hecho feliz muchas veces. Estoy habituado a ellas desde la temprana adolescencia, cuando con entusiasmo empecé a escucharlo a él, y a Pablo Milanés, y me hice seguidor de la Nueva Trova y por ende de la trova tradicional y de todo cuanto se les relacionara. Más de un tema suyo me ha propiciado fuerzas para enfrentar un día problemático, aunque después ciertos comportamientos del hombre me llevaran a revalorizar al artista.
-Lo que pasa es que siempre hay curiosidad, indica luego de mi lamento
Lo ha dicho con calma, en ese tono en que le he escuchado tantas veces, bien al llegar al escenario y luego de ubicarse en la banqueta donde cantará, bien ante colegas de todas partes que hacen lo mismo que yo intento ahora: Conocer un poco más su mundo interior, empresa compleja si se tiene en cuenta que a lo largo de su carrera debe haber escuchado todas las preguntas posibles, debe haberse encontrado a entrevistadores inimaginables.Coloca sobre una mesa la pequeña grabadora con micrófono que me quedo mirando.
(Leonardo Estupiñan Zaldivar) LEZ -¿Graba sus conversaciones?
(Silvio Rodríguez) SR -Las suelo grabar de hace un tiempo para acá.
LEZ -¿Le han tergiversado muchas veces?
SR -Me gusta tener un registro. A veces me han tergiversado, bastante. No me parece que vaya a ser el caso. Me ha pasado más bien fuera de Cuba, en algunos lugares. También aquí me ha pasado. Me ha pasado incluso que han querido hacer un libro gente que tiene pensado irse del país. Han querido hacer un libro y me han hecho una cantidad de preguntas, nos hemos visto varias veces y de pronto han desaparecido y han aparecido en otro lado queriendo publicar el libro.
LEZ -Es como tener un pasaporte cultural o algo semejante, corroboro, pensando en ese tipo de personas que gusta abrirse camino escudándose en la vida de los demás.
SR -Parece, asiente él, y pone atención en mis palabras. Quizá trate de adivinar qué quiero preguntarle, de qué quiero hablar, para qué lo he sacado de su refugio.
Prosigue: Son cosas extrañísimas. En fin, esas cosas pasan. Y por supuesto, sé absolutamente que no es el caso. Pero, en fin. Me gusta tener un registro, porque también estoy viajando. Estoy en otro lugar y es una forma de recordar las cosas que me pasaron. A veces olvido. Son muchas cosas ya, muchos años…
LEZ -Casi setenta, lo pincho.
SR -Casi setenta, repite, y cavila: Bueno, realmente no llego. Tengo sesenta y siete. En noviembre cumplo sesenta y ocho. Pero mañana, por ejemplo que es el concierto número cincuenta y ocho de la gira, cumplo también cuarenta y siete años de vida profesional. Debuté un 13 de junio.
LEZ -¿Fue en la televisión?
SR -En un programa que se llamaba Música y Estrellas, que dirigía Manolo Riffat.
LEZ -¿Se siente viejo?
SR -Chico, tú sabes que no me siento viejo. En primer lugar, nunca me han gustado los espejos. Dicen que la muerte presume. Es lo único que te hace recordar que el tiempo pasa, en realidad.
LEZ - En Nicaro vi, por ejemplo, que había mucho público, pero solo un grupito cantaba. Ese grupito estaba compuesto por gente adulta sobre todo. ¿Siente que su público ha envejecido con usted, con la revolución? ¿Siente que ha envejecido todo?
SR -Veo que hay mucha gente vieja. Ahora hay más gente vieja en mis conciertos. Generalmente…
LEZ -Bueno, es la muestra de que el público ha envejecido.
SR -Sí, pero hay jóvenes también. En mi público inicial había muchos más jóvenes que viejos. Ahora hay de todas las edades. Están los jóvenes atraídos por los padres, porque algunos escuchan la trova y escuchan lo que uno hace, o porque saben de uno, porque uno es más o menos famoso y sale en la televisión o en la radio, o se habla de uno. Y están los de media edad, que tuvieron tiempo de participar en esa época en la que uno todavía tenía una presencia más energética, sobre todo en los medios de aquí de Cuba. Y están la gente que son más o menos de la edad de uno, y que gustaron o gustan todavía de lo que uno hace.
LEZ -¿Y por qué una gente “más o menos famosa” decide ir a los barrios marginales, incluso ubicados en la periferia del país?
SR -Quizá de afuera se ve así, pero realmente uno no es ni famoso, ni exitoso, ni ningún oso. Uno es sencillamente una persona que desde que comenzó a trabajar ha tenido un propósito, ha tenido una visión de la cultura, de la canción; ha tenido una visión, aunque no me gusta usar palabras muy altisonantes, del compromiso. Pero sí, indudablemente hay compromiso, hay gustos, afinidades, atracciones, hay simpatías. La ley de la simpatía, las cosas que se atraen y se juntan van creando un universo, una gravedad. Otra razón más por la que uno no piensa en los años. En ese sentido uno sigue siendo el mismo. Sigue pensando de la misma manera, sigue sintiendo los mismos compromisos, sigue sintiendo que lo que uno hace es parte de la sociedad y de una manera determinada, que no es la búsqueda de la fama, del dinero, de la celebridad; es la búsqueda de otras cosas que están en todo el mundo, pero que están en uno. ¿Y qué es lo que está en todos nosotros? Ni más ni menos que la sensación de estar vivo, de que te haya tocado una época y un tiempo, y que es una dádiva, un don, una suerte que tuviste al haber estado vivo y haber pasado por esta experiencia. Y tratas de aprovecharla lo más intensamente posible, darle una utilidad pasajera en este mundo de los vivos. No lo digo porque crea que haya un mundo de los muertos; sino, en este mundo de la conciencia, de la percepción y de que uno se da cuenta de las cosas y puede actuar. Es así. Me considero el mismo. Por eso estoy aquí y por eso hago estas cosas. También hay razones un poco más específicas. Hay tiempos en que te impulsan más a hacer determinadas cosas que otros. Este momento de cambios de Cuba en que hay muchas cosas a favor y muchas cosas en contra, y donde gran parte de la población es probable tenga que pasar por una serie de vicisitudes y trabajos y problemas y carencias que se suman a muchos trabajos, vicisitudes y carencias que durante tantos años hemos tenido. Hace años, con otra perspectiva y visión del mundo. Ahora resulta que con otra.
LEZ - ¿Y eso no ha mellado lo que se llama “futuro” o “porvenir” o “esperanza del futuro”?
SR -Oye, en todos los países, en todos los tiempos y circunstancias la gente tiene más o menos los mismos problemas. Está viva y en una sociedad, quiere progresar, ser mejor, quiere tener más posibilidades de vida, gozar más plenamente de la existencia y quiere un mejor futuro para sí y para los suyos. Es normal. Nos pasa a todos, en todas las sociedades que he conocido, en todas; unas más desarrollas, otras menos; unas gobernadas de una manera, otras gobernadas de otras.
LEZ -Pero antes, por ejemplo, había una esperanza: Se llegaría al comunismo.
SR -Antes sí, al comunismo o no se sabía. Cuando uno cantaba: Te convido a creerme cuando digo futuro realmente uno no pensaba que este era el futuro. Uno pensaba que el futuro iba a ser otro.
LEZ -Y viendo este futuro, ¿qué piensa?
SR -Viendo este futuro… hay que ir a los barrios, hay que seguir andando, hay que seguir trabajando.
LEZ -Silvio, pero ir a los barrios no quiere decir estar en los barrios, ¿usted ha estado? ¿Qué ha aprendido?
SR -He aprendido que la gente está jodida, muy jodida, mucho más jodida de lo que pensaba. Y bueno, eso es una manera de conectarse con la realidad de tu país, de seguir constatando las cosas como son. Es verdad, no vivo en un barrio; es verdad, tengo una vida mucho más cómoda que la inmensa mayoría de los cubanos. Pero no me viro de espaldas, continúo. No solo aquí en Cuba. También pudiera continuar en Cuba y no hacer eso. Pero bueno, lo hago porque me parece que es mi manera de hacer una contribución, de estar comprometido con mi realidad, con mi gente, con mi pueblo.
LEZ -También lo veo como una cruzada cultural en tiempos en los que advierto una especie de conspiración contra la cultura por la que pasa Cuba y el mundo, la gente no lee, escucha una mala música…
SR -Mira, yo fui adolescente y me hice hombre en una época en que había muchas condiciones para que la cultura germinara. Para empezar, se hizo una campaña de alfabetización, se fundó una Editora Nacional y empezaron a proliferar los libros y la literatura universal. Entró el cine de arte como arte, se le empezó a dar una relevancia a la literatura latinoamericana, hubo instituciones, organismos, reuniones, concursos, una serie de manifestaciones sociales y todo apuntaba a un compromiso con la cultura, que es también un compromiso con la historia, con lo que ha sembrado el hombre, con lo que ha construido en el mejor sentido. En aquel momento aquí en Cuba había distintos organismos culturales. A mi modo de ver, a la manera en que yo lo sentía, unos más culturales que otros. Unos eran más mediáticos, te hacían entrar en la popularidad y en el gusto más rápidamente. Otros trabajaban más mesuradamente, más tranquilamente, a más largo plazo. Yo siempre tuve afinidad con esos organismos culturales que trabajaban a más largo plazo, para los que la cultura implicaba también estudio, superación y una autosuperación. Me refiero específicamente a dos organismos, a Casa de las Américas y al ICAIC. Lo que había fuera de eso eran el ICRT y el Consejo Nacional de Cultura.
 LEZ -¿En los tiempos de Pavón?
 SR -Antes de Luis Pavón, que había Consejo Nacional de Cultura.
 LEZ -Claro, desde 1961.
 SR -Luis Pavón entró tarde y estuvo pocos años. Eso fue como un amago de Ministerio de Cultura, que nunca fue Ministerio de Cultura hasta que después del llamado Quinquenio Gris pusieron a Hart, y fue Hart el que fundó el Ministerio de Cultura. Esos organismos que trabajaban más concienzudamente, menos populistamente, creo fueron los organismos que fundaron cosas que han durado más. Todo lo demás era más efímero: La fama de una canción que aparece por la radio, un rostro que aparece y desaparece por la televisión, o que está en los cabaret, en fin… Siempre tuve la percepción de que era como la lucha de dos maneras de ver la cultura, de ver el mundo, la realidad y también de ver el futuro. Uno, en palabras muy rápidas, pudiera caracterizarse como algo más chabacano, el otro como más estudioso; uno con más prisa, otro con menos prisa. Yo me di cuenta de que había una especie de guerra, de que todo aquello era una especie de guerra entre dos concepciones de ver y estar en el mundo. Hoy por hoy parece que lo que yo consideraba en frente es lo que ha ganado la guerra. Pareciera que gano la lentejuela, el oropel, la superficialidad, el mal gusto, el populismo. Pero todavía hay gente que trabaja con otra visión de la cultura, con una visión parecida a la que tuvimos nosotros. Y creo siempre se ha manifestado, siempre ha estado y siempre estará. Incluso, si siguen ganando, esta otra visión estará.
 LEZ -¿Aun con todo el apogeo de la internet y eso? Como decía Phillip Roth, refiriendo el problema del libro y la lectura: Las pantallas nos han derrotado.
 SR -No es solo la internet; en general, la tecnología, que suele democratizar las cosas. Por ejemplo, cuando yo tenía 17 años solo los fotógrafos profesionales o personas con un poder adquisitivo alto podían comprarse una cámara no profesional, porque además la gente buscaba una cámara no profesional, una camarita Kodak que tirara y después ibas a la tienda, te revelaban tu rollo y te daban tu foto. Hoy día casi todo el mundo tiene una cámara, todos hacemos fotos, cualquiera que esté en un lugar con un dispositivo que recoja la luz hace una foto, y puede ser de primera página en los más grandes diarios del mundo.En mi época, cuando yo era adolescente, un joven, era muy difícil tener un dispositivo para grabar una canción. De hecho cuando me pidieron la primera vez un trabajo para el ICAIC tuvieron que prestarme una grabadora, porque como yo en esa época todavía no escribía música, tenía que memorizar las cosas que iba haciendo y me era muy fácil con una grabadora. Se me ocurría una melodía, tocaba en la grabadora, después lo reproducía y sabía que eso quedaba ahí. Hoy día todas las personas, quienes lo necesitan y quienes no lo necesitan, llevan teléfonos, que lo mismo hacen fotos, que graban, y te comunicas desde cualquier punto en que estés. O sea, que la tecnología ha democratizado, le ha dado oportunidad a todo el mundo. También por eso hay tantas manifestaciones musicales, porque hoy en día realmente para grabar una canción no se requiere de un estudio. Se ha puesto hasta de moda grabar en los garajes con cualquier dispositivo. A veces una cosa que queda mal grabada es hasta un detalle simpático y se transforma en una moda grabar con un teléfono, y de pronto se convierte en un boom mundial grabar canciones con un teléfono. Creo que no ha pasado, pero puede pasar. Esa democratización implica una inundación de expresiones poco acabadas en todos los sentidos. Los escritores, ahora por internet, hacen sus libros. Cualquiera publica cualquier cosa, en cualquier sentido. En el siglo XIX para que te publicaran un libro pasabas… en primer lugar porque imprimir un libro era un costo, un gasto, había una serie de tamices por lo que pasaba un libro, editores, especialistas, revistas con un prestigio, no publicaban cualquier cosa. Hoy en día cualquiera escribe un reportaje de lo que sea, cualquiera publica una foto de lo que sea, cualquiera escribe una canción de lo que sea.
 LEZ -¿Eso no ha llevado a una abulia, a que todo pierda su valor o que al final gane la frivolidad?
 SR -Exactamente. Esa es una de las cosas que ha introducido la democratización de los avances tecnológicos en el mundo moderno. Yo lo veo así. Esto hace que proliferen las elites. ¿En qué sentido? Los que son más exigentes, ante esta invasión inmisericorde de expresiones enloquecidas, los más exquisitos, los que tienen gustos más refinados, más sofisticados, tienden a aislarse y a crear guetos. Estamos ante un fenómeno cultural que empieza a manifestarse universalmente y ante el que nosotros no escapamos, porque ya tenemos encima la tecnología, nos guste o no nos guste, nos convenga o no nos convenga, nos agrade o no nos grade. Ya todo el mundo anda con un teléfono, se comunica… hasta los espías. En la década de los sesenta yo me acuerdo que cuando el G2 agarraba a un espía, lo agarraba con un aparto sofisticado de mandar señales. Están las películas de la Segunda Guerra Mundial, los espías andaban con una maletica y unos aparatos de onda corta para mandar señales en una frecuencia especial, emitían sus informes y todo eso. Hoy en día nada de eso hace falta. Marcas cero, cero, uno y estás comunicándote con los Estados Unidos.
 LEZ -Y es más difícil prohibir.
 SR -Más difícil no, es más loco además. Es mucho más difícil. La diversidad ha llegado. La tecnología ha permitido que esa diversidad, que esa exuberancia de posibilidades nos arrastre.
 LEZ -Cualquiera puede ver cualquier cosa, y en cualquier lugar. Creo que en Nicaro se encontró con alguien que escribe a su blog.
 SR -Sí, lo que pasa es que ahí hay una familia que se comunica conmigo. Ellos tienen un trabajo en el que hay un poquito de internet, y a veces se comunican un poquito y logran entrar al blog. Pero, en realidad lo que hacen es que algunas personas que también participan del blog, que son extranjeros, se comunican con ellos, les pasan los post y los mensajes que hay y las participaciones, y entonces ellos responden por esa vía.

LEZ - Cuánto trabajo pasamos, ¿no? Y todavía hay una resistencia a la internet.

SR -Sí… Bueno, en fin… Se plantea que tecnológicamente está toda esa discusión de famoso cable de Venezuela, toda esa cosa. Es verdad, hay que crear una infraestructura aquí, que cuesta dinero. Pero los cables telefónicos están desde hace muchos años echados en Cuba y el sistema inalámbrico es una cosa que sí, debe costar su dinero, pero cada vez debe costar menos, cada vez es una cosa más común. Veremos qué hacer cuando Google ponga en órbita los 180 satélites esos que tiene pensados poner para darle internet a la parte del mundo que no tiene, cubanos incluidos supongo. Vamos a ver las nuevas generaciones a quiénes les agradecen el internet. Es uno de los grandes problemas que tenemos ahora mismo. El joven que no está pensando en otra cosa que mirar lo que le interesa, en resolver, en conectarse con la página del reguetonero no sé quién, lo que sea, lo que tenga en mente, y que de pronto, de un día para otro haga así, pácata, y con su telefonito se conecte con cualquier lugar del mundo. ¿A quién se lo va a agradecer?: ¿A nosotros?, ¿a nuestro país?, ¿a su gobierno?, ¿o a Google?

LEZ -Además, ese individuo será como el cuento del hombre dominado por el pececito al que observa, cada vez es más vulnerable culturalmente.
 SR -Sí, sí. Imagínate. Ese reguero tecnológico indiscriminado es también un reguero de dominación, de dominación ideológica, de dominación cultural.
 LEZ -¿Entonces qué han ganado aquellas instituciones culturales que iban por la instrucción del individuo hasta convertirlo en alguien con pensamiento crítico?
 SR -Ha ganado eso, ha ganado la formación de gente que piensa críticamente, y que ha pagado un precio por pensar críticamente.
 LEZ -Y es la minoría.
 SR -Sí, es una minoría, sin lugar a dudas. Y va a seguir siendo una minoría. A mí no me cabe dudas de eso. Mientras más democrática sea la posibilidad expresiva más valioso va a ser lo exclusivo.
 LEZ -Para esta gira usted ha hecho un alto en un disco que graba, ¿creo que es un descarte de las canciones del Descartes o algo así? ¿Se llama Amoríos?

SR -No es un descarte, son canciones que nunca había grabado.

LEZ -¿Pero, no estuvieron pensadas alguna vez para Descartes?; por cierto, el disco suyo que más me gusta.

SR -No, no estuvieron pensadas para Descartes. En realidad Descartes es un disco con canciones que salen de los descartes de otros discos.

LEZ - Claro, pero yo pensé que este eran descartes del Descartes.

SR -Le iba a poner Sobras, pero me pareció demasiado fuerte. Estas son canciones que nunca grabé, que nunca toqué. Toqué otras y esas las dejé. Son canciones de relaciones de pareja, todas.

LEZ -En Descartes hay una frase que me resulta fascinante, una de Vida y otras cuestiones: “¿Cómo sabrá la cerveza que el sepulturero se beberá cuando acabe de darme abrigo?” Me gusta mucho. A través de ella intuyo cierta preocupación por ese asunto de lo que ocurrirá luego, como individuo y como parte de la sociedad.

SR -A veces uno mira las nubes y añora la vida. A veces uno mira las nubes y dice: Qué maravilla, nuestros aborígenes levantaron los ojos y vieron pasar las mismas formas, u otras, pero vieron el mismo paisaje que vemos nosotros ahora. Y cuando uno no esté habrá quien levante los ojos y lo vea. Eso es fascinante, ¿no? Se trata de eso, no de otra cosa, dicho a través de la cerveza que se va a tomar…

LEZ -Pero es excelente. Es una frase que se relaciona mucho con mi preocupación filosófica.

SR -Sí, es… ¿qué pasará al minuto siguiente a la muerte?

LEZ -También me lo he preguntado: Cómo seguirá la vida sin uno, si pudiera verla. ¡Tremendo…!, exclamo, y me hubiera volcado a una reflexión existencialista de no ser porque recuerdo que esta entrevista también tiene como objetivo ser publicada en el periódico para el cual trabajo y al cual, más que de filosofía, para mi pesar, le interesan declaraciones directas sobre la visita. Recapacito y, rompiendo el trance, le hago otro comentario: Estas presentaciones en Mayarí, Nicaro y Moa tiene que ver mucho con su relación con Frank Fernández, una amistad muy antigua.

SR -Sí, esto lo planificamos desde hace rato. Hace rato hablamos de la posibilidad de que yo fuera a Mayarí y el a San Antonio, de hacer ese intercambio. Somos amigos desde hace muchos años.

LEZ -¿Y qué es la amistad para usted?

SR -La amistad es una cosa imprescindible. No en balde Martí dijo que era la joya mejor. Hay otras joyas, buenas también. Pero sin dudas la amistad es lo que uno funda con personas afines. Estábamos hablando ahorita de las afinidades, de esas leyes gravitacionales que hacen que cosas, que ideas, que personas giren en torno a cosas comunes, a identidades.

LEZ -Pequeños detalles invisibles.

SR -A veces pequeños, a veces más grandes. Detalles, detalles de la existencia. Y coincidencias, porque tú sabes que, como dice el dicho, cada gente es un mundo. Y dentro de ese mundo de tanta gente uno encuentra aquí, allá, a cuyá esos detallitos que te van uniendo con los demás. En el caso de Frank, lo conocí cuando él volvía de Rusia, de la Unión Soviética, con su diploma de oro del Chaikovski. Entonces era la joven promesa, extraordinario. Estaba muy vinculado al Comité Nacional de la Juventud Comunista, y yo tenía un amigo allí. Ese amigo nos presentó. Fuimos a su casa y empezamos a hacer colaboraciones. Era cuando se hacían aquellas galas por el 4 de abril. Él empezó también a trabajar con nosotros, a planificar las galas, a dirigirlas. Nos pedía canciones. Hicimos canciones para algunas galas. Después fue productor de mi primer disco.

LEZ -Tienen pensado volver a Holguín, creo, en agosto.

SR -No sé si en agosto. ¿En agosto…? No, jamás en agosto. Hicimos Mayarí, Nicaro y Moa. Es lo que teníamos planificado. Más adelante nos pidieron hacer algo aquí también, en Holguín, en la ciudad. Me gustaría en un barrio de Holguín. Para eso me voy a asesorar bien, porque tendría que ser en un barrio de los que necesitan más esto que hacemos. Me gustaría en esa ocasión ir también a Gibara. Fui el otro día y es un lugar fascinante.

LEZ -¿No tiene pensado cantar en teatro, para el otro público?

SR -El público que va al teatro puede ir al barrio.

LEZ -Claro, pero hay quien necesita espacios más cómodos.

SR -Llevo tres años sin tocar en teatro. Solo en barrios.

LEZ -¿Y se siente cómodo?

SR -Me siento más a gusto.

LEZ -¿Sí?

SR -Me siento más a gusto porque me parece que es un trabajo más útil, y un reto.

LEZ -Pero, para un hombre tan exigente con el público como usted…

SR -Es un reto también, porque es un público que a veces no está acostumbrado al tipo de trabajo que uno hace, a lo mejor están acostumbrados a escuchar otro tipo de música. Siempre la gente corea algunas canciones. Incluso jóvenes. Es fantástico. No sé cómo se la saben.

LEZ -Sé de anécdotas, ahora leyendas famosas, en las que usted enfrenta al público, le pide silencio. Y en un barrio se grita, hay bulla… ¿No lo sacan de paso?

SR -Eran cosas que ocurrían cuando uno empezaba. Yo nunca me vi como cantante. Siempre me vi como un compositor que exponía lo que hacía. Y como no cantaba cosas…o pensaba yo que no cantaba tonterías, a lo mejor también cantaba tonterías. En definitiva, todos caemos en tonterías de una u otra forma. A veces, pensando que no somos tontos somos los más tontos del mundo. Pero, empezaba, y veía con tanto respeto lo que yo hacía, y me parecía que mucha gente iba realmente a comulgar con la canción de la manera en que yo la asumía. Y de pronto, que hubiera gente más acostumbrada a la cosa farandulera o lentejuelezca me molestaba. Y gente que pedían, y que hablaban, pues mandaba a callar a la gente. En alguna ocasión me levanté y me fui también. Lo hice. En otros lugares me botaron. Varias veces me botaron de los lugares. Pero fueron cosas más relacionadas con los inicios.

LEZ -Eso ayudó a tejer una leyenda de un Silvio que no sea quizá el Silvio real, ¿es muy difícil ser el Silvio verdadero?

SR -Yo nunca he sido una persona agresiva, para nada. Todo lo contrario. Si me agreden, trato de defenderme; pero no es que sea mi naturaleza. ¿Sabes qué pasa? Como yo, y no solo yo, sino alguno de nosotros éramos un poco contraculturales, hacíamos un poco de contracultura, contracultura convencional, se tejió también alrededor nuestro, por cuestiones políticas, de defensa de esa cultura entre comillas, una leyenda un poquito, no voy a decir que negra porque sería demasiado, pero sí gris con pespuntes negros. Es lo que yo pienso. Hubo un momento incluso en que se decía que la Nueva Trova se quería adueñar de la cultura, y que quería que todo fuera como ella. Nada más alejado de la realidad. A nosotros se nos hicieron campañas dentro de ese mundo lentejuelezco. En el fondo eran campañas políticas porque eran campañas que miraban el arte como pedestal, no como ara.

LEZ -¿Por eso ustedes alguna que otra vez combatieron ese arte, aquella otra forma de hacer canción?

SR -Realmente yo no me dediqué a eso. Yo hice una sola canción que habla de eso.

LEZ -Pero digo, en entrevistas, a través de comentarios públicos.

SR -Si me das una referencia yo te la respondo, porque ahora no recuerdo haber combativo nada en ese sentido. Sí creo que hice una canción, La Masa, que habla de eso, de las distintas maneras de asumir el arte, en mi caso la canción. Pero no insistí. No fue un cruzado tampoco. Mi cruzada era hacer canciones buenas, de calidad. Esa ha sido mi única cruzada en la vida, hacer canciones diferentes, incluso en contrapunto de mis propias canciones, porque no me gusta que ninguna canción mía se parezca a otra.

LEZ - A propósito, qué le ha parecido la versión que grabó Shakira de La Masa para el disco de Mercedes Sosa.

SR -Me parece muy bien. Estoy acostumbrado a que Mercedes cante canciones mías. Cantó muchas. Recuerdo especialmente dos, arregladas por Charly. Hizo una versión de Unicornio preciosa para un disco. Y la otra era La Masa, en una versión de Charly García. Los arreglos son así… bueno, ella es un clásico, pero los arreglos de Charly son fabulosos. No me acuerdo cómo se llama el disco. Y bueno, esta joven… me parece maravilloso. Me sorprendió, porque evidentemente no está en esa línea de trabajo.

LEZ -¿Su elección para colaborar con otros artistas de qué depende? Recuerdo cuando estaba prohibido José Feliciano aquí, y usted fue como la puerta para que volviera a escucharse en los medios.

SR -Es que aquí, como en todas partes, se tejen leyendas sobre artistas. Hemos estado muy aislados durante muchos años, y aquellos años eran de gran aislamiento. No existía internet. No había forma de saber qué era la verdad detrás de todo eso. También a veces los artistas en determinadas coyunturas saben qué es lo que se está cocinando, le hacen una pregunta y hacen una concesión, sueltan una cosita un poquito pesada para contentar el ambiente que los está entrevistando. Aquí a veces nos tomamos esas cosas demasiado a pecho. Y son cosas a veces circunstanciales. Son cosas de las que después los artistas ni se acuerdan. Hay otros que sí, que tienen una postura y una forma de pensar muy definida y son defensores de una forma.


Silvio se queda pensativo, y me mira como si otra vez tratara de averiguar qué pienso, y yo a su vez lo miro a él.

SR -Hay una cosa que te quiero decir antes de que te vayas, dice: Me parece muy importante. Ayer me llamó Gerardo Hernández, ¿sabes quién es Gerardo?

Lo observo con sospecha, porque quién no conoce en Cuba a Gerardo Hernández, si en cada esquina hay un afiche donde se puede ver su rostro junto al de los otros cuatro que han pasado a conocerse como: Los Cinco.

LEZ -Sí, respondo.

SR -Yo nunca había hablado con él. Cuando estuve en Estados Unidos hace tres o cuatro años tratamos de hablar pero no fue posible. Hablé con otros dos o tres compañeros suyos, pero con él no pude. Primera vez que hablo con él y fue una conversación extraordinaria. Y es porque en Mayarí sentí que el teléfono me sonaba cuando estaba cantando las últimas canciones. Me tapaba el atril y lo saqué disimuladamente. Vi que habían unas cuantas llamadas. Lo desconecté porque estaba sonando y tenía miedo de que se metiera por el micrófono. Cuando terminé volví a fijarme. Era una llamada de los Estados Unidos porque tenía un uno delante. Y sonó otra vez. Era una emisora de los Ángeles que hacía un programa especial para Gerardo por el día de su cumpleaños. Me hicieron una entrevista. Hablé un ratico con la muchacha que me entrevistó y él oyó la entrevista. Entonces localizó mi teléfono y me llamó, por supuesto que era para agradecerme. Uno habla con esos hombres que están pasando tantas vicisitudes, que han sido tan maltratados, y tratados con tanta injusticia y realmente le dan lecciones a uno de supervivencia, uno se queja… Yo había llamado a alguien para que me mirara el aire acondicionado, porque no estaba funcionando bien. Y me dije: Caballero, le ronca. Uno está preocupado porque no funciona bien el aire acondicionado y este hombre lleva 16 años presos, tiene dos o tres condenas de por vida y te habla con un optimismo, con una seguridad, con una firmeza, con una fe tan grande en que se va a hacer justicia, en que va a estar un día aquí. Realmente es muy conmovedor. Y nos hace pensar mucho. Me preguntó: ¿Dónde tú estás? Le digo: Estoy en Holguín. Entonces dice: Coño, Holguín, ¿tú sabes, por cierto, que Holguín es una de las provincias de Cuba de las que yo recibo más cartas? Digo: ¿De verdad? Dice: Sí, no te puedo decir ahora que es la que más porque tendría que contarlo, pero te garantizo que es una de las provincias de Cuba de las que más cartas recibo. Tú pudieras transmitir de mi parte… Me dijo eso y por eso te lo estoy trasmitiendo: Tú pudieras transmitir de mi parte mi gratitud al pueblo holguinero por no olvidarse de nosotros. Así que tienes para mí esa mínima misión.

LEZ -También una prima mía le escribía a uno. A Antonio, creo.

SR -Hay mucha gente del pueblo que les escribe. Y de otros pueblos. Ellos reciben una cantidad de cartas. Yo no sé qué harán con tantas cartas. Cómo las tendrán metidas. No sé cómo resolverán ellos ese problema.

LEZ -¿Y su relación con el pueblo holguinero cómo ha sido?

SR -Mi relación con el pueblo holguinero ha sido maravillosa, con el público y con gente que he conocido en la calle.

LEZ -Ya que nos referimos a Amoríos, ¿amores holguineros ha tenido?

SR -Sí, dice como quien primero lo piensa un poco.

LEZ -¿Hay canciones que tienen que ver con esos amoríos?

SR -Sí, responde en el mismo tono.

LEZ -¿Una mujer con sombrero tiene que ver con esos amoríos?

SR -No, dice rápido, y para salir del tema, pues me interesa más dejar el misterio que descubrir el nombre de la que debe ser una bella mujer, le aseguro que estamos como en Escriba y Lea. Silvio sonríe, ríe, repite: Estamos como en Escriba y Lea. Piensa y murmura varias veces la palabra “Sí” antes de soltar: Hay un amor holguinero bastante intenso. Puedes publicarlo además. Le escribí un poema una vez. Es probable que también esté en alguna canción.

LEZ -¿Entonces Camino a Camagüey pudo haber sido camino a Holguín?

SR -Sí, dice él: Una vida ya, unos cuantos años. Pasan muchas cosas en una vida.


Después hablamos un rato sobre pintura, sobre la posibilidad de que algún día sea nominado al Premio Nacional de Literatura debido a que galardones semejantes, le digo, recibieron cantautores como Leonard Cohen o Bob Dylan.

Responde que eso solo sucede en el primer mundo. “En el tercer mundo no, donde todos tienen que defender sus predios de publicación. Imagínate, si todo aquí se confunde, además de las pocas publicaciones de poesías que hay que también los trovadores empecemos a usurparle espacios a los poetas. Yo prefiero, al menos por ahora, hasta que no haya posibilidades de publicar más, que sigan los poetas en lo suyo, y los trovadores en lo suyo.”

También hablamos del escritor argentino Ernesto Sábato, a quien admiro, y con quien Silvio mantuvo una buena amistad de la cual queda al menos una pista en las palabras de presentación para Descartes, escritas por el autor de Sobre Héroes y tumbas. “Era un hombre atormentado”, me dice.

LEZ -Creo que todo artista lo es, digo: Usted también debe tener sus tormentos.

SR -Mis tormentos y mis tormentas, dice: Todos las tenemos.

Al final Silvio me regala un ejemplar del libro Por todo espacio, por este tiempo. Con Silvio Rodríguez en los barrios de La Habana, de Mónica Rivero y Alejandro Ramírez. Porque casualmente ando con mi único libro publicado decido reciprocarle el gesto con el ejemplar. Y para no ser menos, se lo dedico.

Entonces no sé por qué me sale una dedicatoria torpe, totalmente intolerable por culpa de una rima que no hubiera escrito ni cuando empezaba a escuchar sus canciones previo a la adolescencia. Recordando esas palabras pienso que, al fin, en la conversación no invocamos ni a la economía ni a los conciertos que hacía por el oriente de Cuba, tan solo convocamos recuerdos de un entrevistador, recuerdos de los cuales Silvio Rodríguez forma parte y, sin saberlo, tuvo a bien azuzarlos.


http://alainet.org/active/74765

domingo, 9 de marzo de 2014

TRABAJAMOS, RESISTIMOS, DENUNCIAMOS, GOZAMOS, 7 DE MARZO DE 2014

TRABAJAMOS
RESISTIMOS
DENUNCIAMOS
FEMINISTAS AUTÓNOMAS Wallmapu
GOZAMOS

FOTOS: FEMINISTAS AUTÓNOMAS
7 DE MARZO DE 2014, WALLMAPU

MEMORIA FEMINISTA, FEMINISTAS AUTÓNOMAS WALLMAPU, MARCHA 7 DE MARZO 2014

EL MACHISMO MATA, EL CAPITALISMO TAMBIÉN
CONTRA EL E$TADO TERRORISTA: AUTONOMÍA FEMINISTA
RESISTENCIA: FEMINISTAS AUTÓNOMAS
MANOLO, MANOLO, COCINA Y PLANCHA SOLO!
QUIEN AMA, NO MATA, NO HUMILLA NI MALTRATA!
ALERTA QUE CAMINA, LA LUCHA FEMINISTA POR AMÉRICA LATINA

ARROZ CON LECHE NO ME QUIERO CASAR. ME VOY CON MIS AMIGAS A LA CALLE A LUCHAR

CON ESTA SÍ CON ESTA TAMBIÉN, PERO NI CAGANDO CON LA BACHELET
LUCHA, LUCHA, NO DEJES DE LUCHAR, POR UN ORGASMO LIBRE
A LA MARCHA!
SOMOS MALAS...
Feministas autónomas Wallmapu
FOTOS: XIMENA RIFFO