lunes, 22 de octubre de 2012

¿FEMINISMO, PARA QUÉ? O DE LOS SUJETOS SÍ IMPORTAN





¿Feminismo, para qué?
o
De los sujetos que importan
X Patricia Karina Vergara Sánchez*

No estamos perdidas, sólo necesitamos encontrar la salida
(Ochy Curiel)

La his-herstory de la humanidad nos muestra cómo las ideas, modos de producción y formas organizativas de las sociedades, son una búsqueda constante por mejores o distintos modos de vida para los grupos humanos que los proponen. Dichas búsquedas generan tensiones y conflictos entre quienes se plantean otras formas de ver, entender y hacer en la vida individual y colectiva y quienes apuestan por o se benefician de lo establecido, del status quo.
Algunas de las luchas por otros modos de vida, radicalmente distintos o por  modificaciones en contextos particulares, han dado resultados que marcan nuevas etapas en la historia de la humanidad o logros locales concretos.

Un ejemplo inmediato de este devenir es el surgimiento de lo que llamamos el Estado Moderno, que parte de cuestionar la soberanía sustentada en el poder divino y propone otro orden político y económico, basado en el liberalismo económico-político y sustentado en los mandatos de aquello legitimado por la ciencia. Después, cuando las teorías socialistas-materialistas económicas y políticas mostraron que el modo de producción liberal dividía a las personas en clases respecto a su relación con la apropiación de los modos de producción, se generaron otras apuestas por otros modos de vida con las tensiones, desacuerdos y acuerdos entre los grupos humanos que proponían.
Otro ejemplo es cómo en América hace aproximadamente 500 años ocurrió una invasión desde países de Europa, y el subsecuente reconocimiento de la opresión colonial, llevó a una lucha de corte liberal por la independencia política de las naciones y cómo aún seguimos tratando de combatir y hacer resistencia a distintas formas de colonización e imperialismo. Lo que trato de mostrar es que los procesos humanos culturales, políticos y económicos se caracterizan por partir de propuestas mayor o menormente utópicas que luego se desarrollan por vías diversas, incluso por el uso de la violencia, que transforman los contextos generales y los cotidianos con distintos grados de cercanía a la utopía planteada, dependiendo de las circunstancias, deseos y posibilidades locales.
Los feminismos han sido de esas propuestas transformadoras, que surgen a partir del reconocimiento o toma de conciencia de una situación de injusticia y de la apuesta a una utopía. Así, dieron cuenta del lugar de las mujeres en distintas sociedades en una situación de desventaja; lugar social, cultural e incluso una ideología imperante que las consideraba en minusvalías lo que redituaba y ha redituado en menor acceso a trabajos remunerados, menor acceso a educación, obligatoriedad del servicio doméstico y sexual, entre otros. Todo ello sumado a la sanción social y política a cualquier ruptura de dichos mandatos, que en muchos casos ha implicado violencia y muerte. Estos feminismos se ocuparon, se ocupan, de la denuncia de estos fenómenos y desarrollaron propuestas e ideas y acciones al respecto. Si bien, no fueron en una sola tónica, ni para un solo destino, ya que no existe un único feminismo ni una única forma entenderlo.
Desde el Feminismo Pre moderno, por ejemplo, la obra de Christine de Pisan, La ciudad de las damas (1405), que atacó el discurso de la inferioridad de las mujeres; el Feminismo Moderno con la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana, en 1791 de  Olympe de Gouges, o la Vindicación de los derechos de la mujer., redactada en 1792 por la inglesa Mary Wollstonecraft, resultado de la Revolución francesa, cuya mirada es hacia  una reivindicación, el reconocimiento de las mujeres como ser humano-político-social. Pasando  por las obras consideradas fundantes del feminismo como la Mística de la feminidad de la feminidad de Betty Friedan, El Segundo Sexo de Simone de Beauvoir y  otros que se preguntaban sobre qué es ser mujer, qué significa-ba y cómo significa-ba, cómo se construye y el cómo esa construcción la pone en relacionalidad con el otro. Al paso del tiempo se gesta un feminismo que apuesta por la igualdad, leyes y reformas que garantizan un salario y una participación en el sistema existente, aquí la utopía creada fue por tener acceso al poder repartido en el mundo. En tanto, el feminismo de la diferencia fue una apuesta utópica por la libertad, apuesta por un mundo donde las mujeres significaran por si mismas. Después y al paralelo surgen una cantidad de feminismos, de un jardín como el de Borges con senderos que se bifurcan, distintas apuestas por la utopía, ecofeminismo, cyberfeminismo, feminismo autónomo...

Pluralidad en donde, finalmente el eje común en este mosaico de tonos respecto al “ismo” feminista, entendido como sistema de pensamiento, es la reflexión respecto de las mujeres y es posible el plantearlo como lo definió Melissa Cardoza, feminista, durante el taller “Formación de activistas” en 2003, en la Ciudad de México: “Hoy los feminismos coinciden en un punto: siguen siendo filosofía política que está cuestionando el orden establecido en el mundo tanto para hombres como para mujeres, la pregunta sobre cómo ese orden podría ser distinto” (Melisa Cardoza).

En las décadas recientes, las propuestas por un mundo con una más justa distribución de la riqueza, por gobiernos no autoritarios, así como los ideales de igualdad, libertad, fraternidad, planteados por el surgimiento de la modernidad, ante al avance y deshumanización de lo que han llamado del capitalismo salvaje cayeron en una crisis emocional-política y filosófica que cuestiona su posibilidad.  La esperanza misma, diría yo, también ha caído en una crisis que dejó por lugar filosófico la certeza de que no hay certezas, no hay más realidad que el contexto existente.
Así mismo, los pensadores de la época nos han enseñado que el poder es relativo –Incluso cuando el poder de algunos esté en un cuerpo hambriento y en otros no, aun cuando el poder de algunos tenga cierto capital cultural y ciudadano y el de otros sea mínimo o disponga de una subciudadanía-. Al encontrar al poder inasible e inidentificable, entonces se torna difícil o inconcebible trastocar el sistema que lo sustenta –apenas plantearle alguna resistencia-, por lo tanto no hay esperanza de otra posible apuesta civilizatoria, más allá de la inmediata reivindicación. Se llama posestructuralismo-posmodernidad, dicen.
El feminismo bifurcado también se ha visto afectado por el fenómeno, pierde la fuerza emancipadora-liberataria-transformadora que cimentó sus primeras utopías.
A partir del desarrollo de la categoría género, útil para el análisis histórico de acuerdo con Scott: "...el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos y el género es una forma primaria de relaciones significantes de poder..."(Scott; 1990: 44) y se refiere a una estructura social que produce relaciones jerárquicas. Es a partir del auge de este término-categoría en la década de los 80´s que se comienzan a construir propuestas que señalan, visibilizan o combaten estas relaciones jerárquicas: teoría, leyes, políticas o estrategias, contra la discriminación por género, contra la violencia de género, contra la inequidad de género y por acciones afirmativas en torno al género…sin embargo, una categoría que pudo ir tan a la raíz del problema, que pudo haber servido tanto para construir hacia, justamente, utopías organizativas no jerárquicas, bajo el sino posmoderno de la relativización del poder, pierde la noción de opresión y, por tanto, la necesidad de señalar privilegios y responsabilidades respecto a los usos y abusos de ese poder, pierde entonces la radicalidad que interpela a los hombres y a las mujeres, -como se hacía con la palabra patriarcado que hacía visible la relación de dominación que la propicia -, y sí se interpela a una ambigua matriz delimitante, entonces, parece no interpelarse a nadie… y no atañe a nadie en concreto, no hay emancipación-liberación posible y no hay para quién.
Otras luchas, como las antirracistas y anti etnocentristas, por ejemplo,  también han sido tomadas por esta relativización de la mirada crítica al poder hegemónico y se convierten en participantes de políticas reivindicativas, las formas “negociadoras” y cómodas al sistema, -ONGs, lobbys y pequeñas concesiones por una parte y , por otro lado, lógicas y abstracciones de complejidad matemática, construcciones teóricas desidentitarias,- en donde se ha perdido la noción de opresión, negociada por la “lucha en contra de la discriminación”, que tiene, justamente, un significado político de pacto en busca de acceso a los privilegios –inclusión: no ser discriminadx, ser parte-, un conveniente olvido de cuestionar el sistema de dominación , mucho menos de transformación del sistema mismo.
Igualmente, las valientes llamadas del feminismo lesbiano a destruir la heterosexualidad como régimen (Wittig, Rich) se convirtieron, junto con los movimientos de la diversidad sexual en la búsqueda de pactos inclusivos, como el derecho a casarse, pagar hipoteca conjunta y a la seguridad social de una parejil pareja sosteniendo el modelo liberal y neo liberal de las relaciones humanas.
En otro lugar, esta lectura desesperanzada –posestructuralista- del mundo en el feminismo, que no reconoce el uso abusivo del poder como productor de  opresión si no que estudia a esa matriz constructora, que no responsabiliza necesariamente a privilegiados y no cohesiona a quienes le sostienen; propone destruir la matriz de género, haciéndola estallar, despareciendo a la mujer (porque es un ideal), y a las mujeres como categoría, -precisamente a las mujeres, los hombres desaparecerán en algún momento como consecuencia-, pero las mujeres y la feminidad, cualquier cosa que quiera ponerse según el contexto como feminidad, son el problema, desaparezcamos y entonces… desparece el binarismo…¿qué desaparece, la injusticia, la opresión?
Hoy, las imágenes de las posfeministas son una mujer vestida con los atributos sociales de hombre diciendo que el feminismo sirve para dejar de ser mujer y aquí cualquier signo de feminidad es rechazado. Ni flores, ni telas suaves, (ni la belleza, ni el cuidado, ni la ternura tienen valor, por considerarles atributos de la feminidad, ¿no será esa también una lectura de género?) ni menciones a las incomodas funciones biológicas de nuestros cuerpos -menstruar, parir, amamantar, lubricar-, reconocernos en ellos es escencializar. Parece ser que mientras nuestras luchas sean menos corpóreas y más racionales, seremos más legítimas. En tanto, la masculinidad, lo que ello quiera decir, se deja para cuestionar algún día o como meta para alcanzar…casi intocada, parece ser el modelo a seguir. Legiones de seres que se dicen socialmente leídas como mujeres, pero que no se “identifican” mujeres, van con barbas y bigotes dibujados, pegados en su rostro o producidos mediante ingestas de productos farmacéuticos –ni las feministas de la igualdad en sus tiempos imaginaron tal perfección universalista, todas iguales al modelo-. 
La utopía posfeminista es un mundo sin binarismos, sin género, sin sexos, la función reproductiva, la capacidad de parir constreñida a un fenómeno fisiológico como el defecar, el sudar, orinar; Ojalá en el futuro lxs nuevxs humanxs sean decantados de probeta como en El Mundo Feliz de Aldous Huxley. La crianza de lxs niñxs, una tarea por resolver desligada de la función del engendrar, reproducir desafectivamente a futuros trabajadores y ciudadanos, parece ser que eso es lo que liberaría a los cuerpos con capacidad paridora.
Para llegar a dicha utopía, es necesario acabar con las mujeres, como identidad y como clase, pues sólo perpetuamos el binarismo. Transformar los cuerpos y propiciar las prácticas sexuales menos heteronormadas posibles. La desheterosexualización como reivindicación prioritaria para prácticas sexuales diversas, pero se deja para luego, para nunca el cuestionar:
1.- Cómo las relaciones de poder masculinas, en este sistema patriarcal siempre han sido de profunda homosexualidad: amor, complicidad, solidaridad entre hombres, (en la política, en el entramado social, en los convenios económicos, en las creaciones culturales).
2.- Cómo la heterosexualidad obligatoria rige sobre los cuerpos con matriz manteniéndoles como trabajadoras explotables. Es decir, no se problematiza hacia la visibilización de que no se trata de una imposición sexual si no de un arma de opresión política.
Hay un olvido al cuestionar las imposiciones del Régimen Heterosexual  que se dan de una manera distinta sobre los cuerpos divididos sexualmente, es decir, cuerpos que fueron socializados a partir de poseer un pene y cuya desheterosexualización es un ejercicio de permisividad de gozo que no necesariamente retira sus privilegios patriarcales y otros cuerpos con vulva, cuya desheterosexualización ciertamente está relacionada con el placer, pero también con el lugar  político que la heterosexualidad obligatoria confiere en la explotación y apropiación del trabajo colectivo e individual en la producción-reproducción y la violencia que se ejerce sí, mayoritariamente en esos cuerpos sexuados.
En la nubosidad que genera dicho olvido, curiosamente, surgen los nuevos sujetos que importan.
Los sujetos que importan en la utopía posfeminista  tienen por liberal y neoliberal mandato el pensar y buscar el placer propio: “No nos sentimos culpables por haber sobrevivido”, dice Itziar Zigga desde el primer mundo blanco en su Devenir Perra. Sin cohesión, sin empatía posible, a quién puede importarle aquelles, aquellas que no sobreviven.
Otro  lugar de la utopía posfeminista esta en, al mismo tiempo que cuestionar el biologismo y los saberes biomédicos, es el recurrir a ellos para la transformación del cuerpo disidente. Los cuerpos intervenidos por la capacidad médica de transformar genitales, glándulas y cavidades hacia estéticas establecidas por el estatus quo –Muy “elección sobre sus propios cuerpos”- o “cuerpos disidentes”, es decir, que escapan del cuerpo dibujado por los mandatos de género o por la construcción anatómica con que se nació y construyó el cuerpo a partir de las tecnologías políticas, sociales cambiar penes, vulvas, senos, vaginas, nalgas, rasgos. El sujeto de la utopía no es sujeto sin la intervención buscada de la ciencia y el mundo cosmético.
En ¿Cómo el hombre llegó a ser gigante?,  IIlin y Segal,  nos recuerdan cómo recorremos en cuestión de horas el planeta y miramos al otro lado del mundo con sólo encender un interruptor, gracias a la tecnología. También  en nuestro cuerpo, el  nacimiento y la muerte son casi “mágicamente” determinados por la tecnología misma…la tecnología y unos billetes de por medio, que quien no cuenta con los billetes se queda sin alcanzar la estatura ni la magia de la contemporaneidad. Las películas futuristas de los 80´s nos han alcanzado en sólo 30 años…la humanidad se transforma velozmente.
Sin embargo, qué significa, qué utopía posible nace con esto para las mujeres no cercanas a la academia o a los círculos de discusión posmoderna, qué significa para las obreras que padecen feminicidio por tener cuerpos de mujeres- En México, la actual guerra contra el narco y el ejercito sigue significando cosas sobre los cuerpos de mujeres en mayoría: la muerte por violencia de pareja, la falta de acceso a la educación, la falta de atención a la salud, las dobles jornadas, siguen cayendo sobre cuerpos de las socialmente leídas como mujeres.
Qué significa y que significará en un futuro próximo para las que no pueden pagar cirugías o no quieren modificarse a cuerpos disidentes. Qué significa en un futuro para las que no pueden pagar inseminaciones ydecantaciones artificiales… ¿Para qué sirve este feminismo que ha dejado de encontrarse, este feminismo sin espejos?
En la academia miramos con desprecio a las que se siguen nombrando mujer, porque es el lugar en dónde se identifican, mujeres, a las que buscan caminos para ellas-nosotras y me resulta peligrosa, a la vez que vergonzosa esa brecha respecto a quienes no tienen el privilegiado alcance a ciertos niveles de abstracción ¿puede la academia ser tan clasista, tan racista, tan hegemónica, tan al servicio de la lógica colonial y de dominación, puede desligarse tanto de las mujeres “terrenas” en su cotidianidad?
¿De qué sirve una abstracta construcción teórica si no coincide con lo que hace en la practica el movimiento político, si se entretiene en ejercicios secuenciales de lógica pero no apuesta por resolver un plato de frijoles, un golpe menos, unas horas de vida más para las que alguna vez fueron sujeto de emancipación-liberación y que construyeron el espacio teórico que sí nos garantiza el plato de frijoles a las que hacemos estos ejercicios intelectuales? ¿Son los fenómenos sociales como la violencia y el hambre que ocurren a las mujeres tan vistos, tan pasados de moda, tan faltos de interés científico que ya no nos ocupan?
 …para qué servimos a la inexistente mujer negra que no ha politizado su ser negra pero vive cada día la racialización en su cuerpo, para qué servimos a la indígena cuya vivencia cosmogónica ya ha sido clasificada y calificada, pero no se entera y sigue adentro del temazcal cantándole a la Tonanzin y sintiendo que es su lugar en el universo, pero que vive, al mismo tiempo, la lucha por la tierra y el gobierno castiga esa lucha en su cuerpo de mujer, en su inexistente y absurdo cuerpo de mujer -cuerpo del cuál no hemos enterado a los policías violadores de que ya no existe-...
¿Para qué este feminismo elevado; discutido en medios electrónicos a los que la mitad de los pobladores de mi país no tiene acceso regular; publicado en lengua de blancos, por editoriales de blancos; feminismo pagado en euros y venerado en nuestras universidades del color de la tierra, a quién y para qué sirve? ¿Cuál es la utopía que proponemos?

Referencias 
Rich, Adrienne (1980). “La heterosexualidad obligatoria y la existencia lesbiana (1980)”  en Revista d'Estudis Feministes, núm.10
Scott, Joan. 1990. "El género: una categoría útil para el análisis histórico". Historia y Género: Las mujeres en la Europa Moderna y Contemporánea, J. Amelang y M. Nash (eds.). Valencia: Ediciones Alfons El Magnanim, pp. 23-56.
Wittig, Monique (1978). “La mente hetero”. Discurso leído por la autora en Nueva York durante el Congreso Internacional sobre el Lenguaje Moderno realizado en 1978 y dedicado a las lesbianas de EE.UU. http://www.mulheresrebeldes.org/Lesbianidades/Monique%20Wittig/la%20mente%20hetero.pdf
Zigga, Itziar. 2009. Devenir Perra. España. Editorial Melusina, pp.

* Karina Vergara es Feminista Autónoma de México, su correo electrónico es pakave@hotmail.com




martes, 9 de octubre de 2012

BOLIVIA, COCHABAMBA: JUSTICIA PARA ROSE MARY IRUSTA Y LA COMUNIDAD MARIA AUXILIADORA


¡QUE SE HAGA JUSTICIA!
JUSTICIA PARA ROSE MARY IRUSTA Y LA COMUNIDAD MARÍA AUXILIADORA
(Noticia enviada por Carmen Julia Heredia/Chuquisaca)

Las instituciones abajo firmantes están indignadas por la detención de Rose Mary Irusta Pérez, defensora de DDHH y coordinadora de la Comunidad María Auxiliadora, el pasado viernes 28 de septiembre, tras una audiencia de medidas cautelares en Cochabamba.
  
Las instituciones abajo firmantes, denunciamos la injusticia con que se está tratando este caso que evidencia que los representantes del Poder Judicial operan obligando a los acusados a demostrar la inocencia en lugar de que se les compruebe su culpabilidad.
Exigimos imparcialidad, celeridad y cumplimiento del debido proceso que garantice el derecho a defensa y la investigación objetiva de los hechos para develar los verdaderos intereses económicos por los que loteadores inescrupulosos han mellado la dignidad de la Sra. Irusta al criminalizar su labor social que generó la oportunidad de que numerosas familias puedan ejercer su derecho a la vivienda, que mujeres niños, niñas y jóvenes tengan su propio espacio y no estén hacinados, que vivan con dignidad y sin violencia, cuidando la integridad de la familia, erradicando el alcoholismo, haciendo posible la buena convivencia, y aprendiendo a vivir en comunidad.

Demandamos la atención inmediata de las instancias judiciales para levantar la medida de detención preventiva de la Sra. Irusta, impuesta sin justificación y consideración alguna sobre su edad y sus antecedentes de vida, en función de las maniobras de grupos económicos que se oponen a los principios de propiedad colectiva y convivencia comunitaria protegidos por la Constitución Política del Estado en sus artículos 8 y 56.

Reivindicamos el proyecto de vida impulsado por la Sra. Irusta que posibilita a familias de escasos recursos, el acceso a una vivienda digna. La labor de la Sra. Irusta es un ejemplo de entrega y compromiso con la población más necesitada. Gracias a su esfuerzo y dedicación y al dinamismo que impulsó a que las mujeres se organicen y defiendan sus derechos, se construyó la comunidad María Auxiliadora con la convicción de que era posible mejorar la situación de tantas familias con el trabajo de todos, recuperando valores culturales como la solidaridad y el trabajo colectivo. Su trayectoria organizativa en el barrio y el reconocimiento que tiene a nivel nacional e internacional, son muestras de su integridad y su amor por los demás.

Expresamos nuestra solidaridad y compromiso con la lucha iniciada por Rose Mary Irusta y la Comunidad María Auxiliadora por el sentido de transformación social que conlleva, al poner en evidencia el contraste entre una visión mercantilista de la vivienda y de especulación del valor de la tierra y otra visión de construcción colectiva basada en la solidaridad y la convivencia comunitaria. Ésta lucha representa, a su vez, el sentir y pensar de cientos de mujeres y hombres de Bolivia y del mundo que gracias a su inspiración creen y adhieren a principios y normas de solidaridad y propiedad colectiva.

Adherimos a las numerosas manifestaciones de solidaridad y demanda internacional que se han expresado en los últimos días a favor de la libertad de Rose Mary Irusta y de la Comunidad María Auxiliadora.

Instamos a la inmediata restitución de la libertad frente a la arbitrariedad cometida en contra de Rose Mary Irusta, dado que ésta supone un funesto antecedente nacional e internacional para el Sistema Judicial y el Estado boliviano por encarcelar a una defensora de Derechos Humanos con una trayectoria intachable.
Alentamos a todas las organizaciones e instituciones que defienden y propugnan postulados de cambio y construcción de un nuevo Estado y una nueva sociedad, a manifestar su adhesión en defensa de los derechos de Rose Mary Irusta, y de la comunidad María Auxiliadora que logró construir con la solidaridad y esfuerzo de cientos de mujeres, hombres, jóvenes, niñas, niños y adolescentes valientes y dispuestos a enfrentar la discriminación, la violencia y el abandono estatal, un modelo de convivencia y acceso a la tierra urbana que demuestra que es posible vivir de otro modo en la ciudad y en el país.

Exigimos que los medios de comunicación que están dando cobertura a los grupos de poder que, impulsados por la codicia y el lucro, acusan injustamente a Rose Mary Irusta y dañan su imagen y prestigio, brinden los mismos espacios para que ella y la Comunidad ejerzan el derecho a réplica, y difundan información veraz, clara, completa y oportuna sobre este caso.

Llamamos a todas las personas y organizaciones a solidarizarse con esta causa, manifestando su repudio y movilizándose en todas las ciudades en protesta contra esta arbitrariedad que pone en tela de juicio al sistema judicial boliviano.

Fuerza Rose Mary! Sus acciones han sido siempre expresión de desprendimiento, solidaridad consecuencia y compromiso social con los más necesitados de nuestro país y usted es el ejemplo de persona que Bolivia requiere para imaginar y poner en práctica una nueva sociedad, con justicia y equidad.

Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de Acción Social, UNITAS
Fundación Acción Cultural Loyola, ACLO
Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario, CEDLA
Centro de Comunicación y Desarrollo Andino, CENDA
Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social, CEJIS
Centro de Promoción Minera, CEPROMIN
Centro de Estudios Regionales para el Desarrollo de Tarija CER-DET
Centro de Servicios Agropecuarios, CESA
Centro de Investigación y Apoyo Campesino, CIAC
Centro de Información y Desarrollo de la Mujer, CIDEM
Centro de Investigación y Promoción del Campesinado, CIPCA
DESAFIO
Defensa de Niñas y Niños Internacional, DNI-Bolivia
Fundación Social Uramanta
Instituto de Investigación y Acción para el Desarrollo Integral, IIADI
Instituto de Investigación y Capacitación Campesina, IICCA
Instituto de Investigación Cultural para Educación Popular, INDICEP
Instituto Politécnico Tomás Katari, IPTK
Investigación Social y Asesoramiento Legal Potosí, ISALP
Apoyo al Desarrollo Sostenible Interandino, KURMI
Mujeres en Acción
Centro de Comunicación y Educación Popular PIO XII
Promoción de la Mujer Tarija, PROMUTAR
Servicios Múltiples de Tecnologías Apropiadas, SEMTA
Programa Urbano
Programa NINA

PUEDES VER VÍDEO CONSTRUYENDO COMUNIDAD RED DE MUJERES LÍDERES BARRIALES Y HABITAT PARA LA MUJER "COMUNIDAD MARÍA AUXILIADORA"

Decenas de activistas de los derechos humanos condenaron con una marcha de protesta, la detención de la presidenta de la Asamblea de Derechos Humanos de Cochabamba, Rosemary Irusta.

VER NOTICIA DE KAOS EN LA RED/BOLIVIA

martes, 2 de octubre de 2012

MÉXICO: EL MIEDO... (LYDIA CACHO)

(Foto tomada de BTI Baradero Te Informa)


 EL MIEDO EN MÉXICO
X Lydia Cacho
Me pregunta una adolescente que cómo se vive el miedo en México.
Hace unos meses viajé a Tamaulipas para hacer entrevistas. Llegué a casa de Laida, y la sorpresa fue mayúscula, ella había reunido a un grupo de nueve señoras para que me contasen cómo viven el miedo en México; varias de ellas han perdido hijos e hijas en los últimos años. Ya mis colegas locales me habían advertido que sería muy complicado entrevistar a la gente en Tamaulipas, en particular porque se conoce mi trabajo periodístico por evidenciar a redes de tratantes y delincuencia organizada. Lo que sucedió después de la entrevista fue conmovedor. El grupo de mujeres ya había preparado un plan de seguridad (como hacen entre ellas para moverse con sus familias). Divididas en dos autos y con radios –con la cautela propia de un comando militar que sabe que corre peligro–, pero con sonrisas y charla amena, las mujeres me llevaron hasta un lugar seguro. El miedo, me dijeron, es como la conciencia, debes saber que lo tienes, escucharlo siempre y seguir tu intuición. La intuición para proteger a los tuyos nunca falla, dijo Adela.
Después de haber presenciado el exterminio de los suyos en la masacre de Acteal, Chiapas, Margarita decidió quitarse el miedo y el dolor que llevaba a cuestas construyendo, con sus propias manos, una tiendita hecha con tablones de pino a la vera de la carretera, a unos metros de donde fueron masacrados sus familiares. Miro la fotografía en la que estoy parada a su lado, su rostro de joven aniñada y la mirada de duelo contrastan con la fortaleza y donaire de su cuerpo. Le pregunté a qué le tenía miedo; a no tener trabajo y comida para mis sobrinos que ahora quedaron huérfanos, respondió sin vacilar. Ella no le teme a la muerte, dice que es su compañera de viaje en las montañas.
Esther Chávez Cano, la madre del activismo contra los feminicidios en Ciudad Juárez, Chihuahua, me dijo hace más de una década, cuando fui a entrevistarla a su albergue para niñas y mujeres, que lo que más temía era perder la esperanza de que su trabajo fuese útil para la comunidad. La esperanza, dijo la mujer de cuerpo pequeño y alma inmensa, es una vela en la oscuridad y todos los días miro a las sobrevivientes que me recuerdan que la vela debe permanecer encendida a toda costa, por todas las mexicanas.
Alicia Leal, la fundadora del primer refugio de alta seguridad para mujeres maltratadas en Nuevo León, luego de recibir una amenaza de muerte que incluía un terrible daño a sus hijas, me dijo con su mirada azul de mar y la sonrisa auténtica como sus convicciones, que el miedo la había convertido en una estratega del cuidado propio y ajeno, en una buscadora de tácticas para hallar la felicidad. Además, explicó esta norteña fuerte y dulce, el miedo me ha enseñado a doblarme para no quebrarme.
A Ramira unos tratantes le robaron a sus dos hijas en la sierra de Oaxaca y la autoridad ignoró sus súplicas. Su marido la maltrataba y ella denunció violencia intrafamiliar. La autoridad la ignoró. La entrevisté en un albergue para mujeres, me dijo que ella no dejaba entrar el miedo a su corazón porque sólo así podía rezar cada noche para mandar oraciones a sus hijas, para que ellas supieran que las estaba buscando y las salvaría. El miedo se lo regalé a la virgen, me dijo. ¿Y la virgen te lo aceptó?, le pregunté. Sí, ella siempre se arrima los miedos de todas las madres que lloran por sus hijos.
En latín el miedo es metus, una alteración del ánimo que produce angustia ante el peligro o la posibilidad de sufrir algún daño. El secreto de millones de personas que lo viven cada día en México radica en lo que deciden hacer con esa angustia. Hay quienes convierten su miedo en pánico y resentimiento; hay quienes, para fortuna de mi patria, hacen del miedo consejero para proteger a su comunidad, para unirse, para transformar o erradicar aquello que lo produce.
El escritor Eduardo Galeano dice que el reto es atravesar las pruebas de la violencia y el dolor con la ternura invicta.
Ahora sé que vivir el miedo en soledad resulta devastador. Releo las palabras de Ashley Montagu: “La única forma de aprender a amar es siendo amado. La única forma de aprender a odiar es siendo odiado”. México sobrevive porque por cada persona que odia hay mil que aman incondicionalmente, que se solidarizan sin pedir permiso, que arropan sin preguntar, que se rebelan por la dignidad y no por el poder. Millones que van contra la guerra haciendo la paz a pesar de la ignominia de la guerra y la muerte.
El miedo, para mi, es como un perro bravo. Lo tienes que domesticar para que huela el peligro, amarrar para que no se desboque, usar como guía en el camino cuando cae la noche. Permitirle que duerma a tu lado como fiel testigo de la realidad. Hasta que algún día ya nadie sienta temor y el perro, ya manso, sepa que la libertad está de fiesta.
@lydiacachosi

ENVIADO POR ESMERALDA VAZQUEZ AL PME

Las cifras oficiales que acaban de ser publicadas evidencian en forma implacable la gangrena que corroe el país.
 “México, espiral de la barbarie”. Editorial íntegro de Le Monde
 
En estas mismas columnas, hace dos años, el presidente mexicano, Felipe Calderón, se felicitaba por los resultados de la guerra de gran envergadura lanzada, desde el inicio de su mandato, en diciembre de 2006, contra el crimen organizado y los narcotraficantes. “Vamos a vencer el crimen”, aseguraba. Antes de agregar, dirigiéndose a quienes manifestaban inquietud ante el auge vertiginoso de la inseguridad en su país: “Si ustedes ven polvo, es porque estamos limpiando la casa”.

Vencido en la elección presidencial de junio (sic), el señor Calderón entregará el poder a Enrique Peña Nieto el fin de año. Con un balance abrumador. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía mexicano acaba de publicar cifras impactantes: se registraron 27 mil 199 homicidios en 2011; el número de asesinatos entre 2007 y 2011 es de 95 mil 632. En base a la tendencia registrada en los últimos meses, se calcula que el número de homicidios perpetrados durante el mandato de Calderón llega a 120 mil. O sea, más del doble de la cifra de 50 mil a menudo mencionada y que ya de por sí era alucinante.

Esa auténtica hecatombe constituye, y de lejos, el conflicto más mortífero del planeta en los últimos años.

De hecho las cifras oficiales que acaban de ser publicadas evidencian en forma implacable la gangrena que corroe el país.

Más allá del número de muertos estrictamente ligados a la lucha contra el narcotráfico, se van desarollando auténticas industrias de secuestro, extorsión de fondos, prostitución, tráfico de personas y órganos. El mapa de los homicidios demuestra que estos crímenes no se limitan a las regiones en las cuales los cárteles están muy bien implantados, sino que tienden a diseminarse por todo el territorio nacional.